domingo, 15 de abril de 2012



Vida Monástica: regalo de Dios a la Iglesia. 

La vida monástica es un gran regalo de Dios a la Iglesia. Desde el comienzo de la predicación del Evangelio, había muchos hombres y mujeres que se entregaron a la invitación de Jesús: "Si quieres ser perfecto..." (Mt 19). Esta inquietud alguna vez quieres hacer algo más para Dios es la vocación a la vida monástica. Quien tiene está vocación deja el mundo e vivir sólo para el Señor? En este video, vemos a una hermosa manera de servir a Dios, la búsqueda de la santidad, a través de la soledad, la oración ... Para una persona que tiene que dejarlo todo y vivir una vida que para muchos es una locura, es la verdadera expresión de amor a Dios ya la Iglesia. A pesar de que es una forma especial de vida, la vocación monástica se mantiene siempre activo en la Iglesia. Nos dimos cuenta de que los monjes no huir del mundo, pero se aleja de ella, se exime de estar dispuesta a seguir a Cristo en el "desierto espiritual", un lugar de conversión y de encuentro profundo con el Señor. Por lo tanto, poniéndose a la distancia de la sociedad, el monje se entrega totalmente a Cristo y tiene una disciplina modelados por la sabiduría de una antigua tradición espiritual que se transmite por un profesor y una comunidad. Es una vida que se vive no es fácil porque requiere, además de llamar, una disciplina regida por el amor y sobre todo una vida de soledad. Un proceso de conversión de cada día. Es una vida que ha que se basa en la fe, experimentando constantemente Muerte y Resurrección de Cristo, con todo lo que ello implica: la sencillez, la humildad, la paz, servicio, alegría, libertad. Al principio vemos a la entrega total a la vida monástica, vida de los hombres del desierto y las mujeres, pero ¿qué pasa hoy? ¿Quiere esto la disponibilidad de una entrega total a Jesús sigue siendo como antes? Hoy en día, vivimos en un clima intelectual diferente, incluso dentro de la Iglesia. Nosotros no somos parte de la época de la construcción de las grandes doctrinas del cristianismo, como lo hicieron los padres del desierto en el siglo cuarto y quinto, ni fuimos testigo de un manejo seguro de las mismas doctrinas, es mística, es escolástica, como lo hicieron los primeros cistercienses. Nuestra cultura, como bien sabemos, es científica, pluralista, y especialmente expuestos a la duda sistemática. La Palabra - La razón, el hombre de Inteligencia Divina a medida, la fuente de salvación para todos los hombres, la Biblia, de comunicación, con los sacramentos, la vida divina encarnada, el sol más allá de toda la Biblia precio, porque Dios ha "escrito" (místicos judíos describir el pasaje bíblico como "fuego negro sobre fuego blanco"), la Trinidad, un misterio que trasciende al universo, sino que da lugar a y forma a toda criatura, y cuyo conocimiento es la vida eterna; ¿lo que pensamos de estas declaraciones hoy en día? Tales afirmaciones, sin embargo, son la base de la vocación monástica cristiana. Todos los místicos cristianos sabían (y saben) que la realidad siempre va más allá de la experiencia humana, y la experiencia va más allá de la formulación intelectual de la misma, y la formulación intelectual va más allá de la comunicación verbal. Sí, pero al mismo tiempo, implícitamente, creía firmemente que había una escalera, llevando a la gente a la lectura de la apropiación intelectual de la palabra y de ahí a experimentar el amor, el verdadero contacto con la realidad que supera todo. Anteriormente, en otras palabras, los límites dentro de lo invitó a unirse a ellos, y entrando, pase. Hoy, sin embargo, limita a ser desalentado. Sin embargo, el monje cristiano sólo encontrar a Dios a través de la revelación de la Palabra de Dios, es decir, encuentra a Dios por sus reflexiones.  


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